El Barrio del Astillero, testigo de una pasión que traspasó Guayaquil
En mayo de 1975, por los 50 años de fundación del Barcelona Sporting Club y con la presencia de exdirectivos canarios, entre ellos Nicolás Romero, Ricardo Chalén, Juan José Vilaseca y Emilio Baquerizo, se colocó una placa en la esquina de Francisco de Marcos y Eloy Alfaro, sobre la pared del Centro Educativo 9 de Octubre.
“Aquí fue fundado el espíritu y cuerpo de la dignidad deportiva barcelonesa, en característica guayaquileña...”, se lee en el letrero, en torno al cual los fines de semana suelen reunirse amigos barcelonistas y emelecistas para intercambiar anécdotas.
El reconocido ídolo del Ecuador y su tradicional rival el Club Sport Emelec surgieron en el añejo Barrio del Astillero. El primero fue creado en 1925 por un grupo de amigos y el segundo lo impulsó en 1929 George Capwell, un norteamericano deportista que llegó al país a gerenciar la antigua Empresa Eléctrica del Ecuador, en Eloy Alfaro y General Gómez.
Estos dos equipos, los más populares del país, disputaron el miércoles pasado la primera final del torneo de fútbol. Empataron a 1. El partido definitorio será el domingo, en el Capwell, en horario vespertino.
“Barcelona y Emelec, los dos son del Astillero, aquí no es uno más que el otro, los dos son del barrio, por eso el clásico siempre es del Astillero”, sostiene el barcelonista Julio Alcívar, de 54 años, quien vive en Calicuchima y Chimborazo, en el tradicional barrio del que surgió una pasión que traspasó la ciudad.
Muchos habitantes salieron hace décadas, pero cada sábado suelen volver a la vereda de Coronel entre Vacas Galindo y Bolivia, para jugar naipes, evocar anécdotas o comentar sobre temas de actualidad.
De allí salió Emilio el Chino Huayamabe, jugador de Barcelona en la época en que la camiseta amarilla la defendían también Washington el Chanfle Muñoz, Juan Baby Madruñero, Omar la Pepona Reinaldi, Víctor el Artista Ephanor, entre otros.
Huayamabe hoy tiene 75 años, habita en Samborondón y vivió alrededor de 30 años en Estados Unidos, refiere su hermano Héctor, propietario de Varadero Barcelona, ubicado en la ría y Portete.
El Barrio del Astillero, alguna vez de intensa actividad naviera, hoy tiene menos embarcaciones que reparar en sus varaderos. Subsiste, además, con la posibilidad del traslado de estos negocios, ante el plan gubernamental de ampliar el malecón del río Guayas.
El aviso de prolongar el malecón fue formulado por el presidente Rafael Correa a mediados de año. Él habló de pasar Astinave a Posorja y que aquella parroquia de Guayaquil sería el destino de otros astilleros, varaderos y atracaderos.
Luis Guerrero, dueño del Varadero Marianita, en la ría y Bolivia, y “amarillo de corazón”, dice que un comité de ciudadanos se fue a Quito para pedir a Correa que desista de la idea.
“Los astilleros aquí son tradición”, agrega el dueño de una draga, la cual es reparada por el personal de Marianita. Él sostiene que supondría más gasto el traslado hacia Posorja.
El plan sigue en pie. La Empresa de Parques Urbanos y Espacios Públicos indica que una consultora ejecuta un “estudio social, cultural y edilicio (perfil urbano)” en la ribera del Guayas. “Estamos en proceso de levantamiento de información, realización de fichas, estudio del contorno, necesidades y edificaciones”, subraya.
Hoy, por las instancias finales del torneo, en el Barrio del Astillero se respira aún más fútbol. Banderas amarillas y azules se exhiben en ventanas y realzan como adornos navideños.
La Metrovía atraviesa el sector. Los buses van por la Eloy Alfaro y pasan por la esquina en donde está la placa barcelonista, en el cruce con Francisco de Marcos. Horas antes del reciente clásico, Anita Rivera, madre de familia del centro 9 de Octubre, vio cómo un vehículo liviano impactó a una motocicleta, durante un giro en L. La instalación de un semáforo fue el pedido de ella, que afirmó haber visto tres choques allí en circunstancias similares.
El motorizado, que resultó golpeado, obtuvo del conductor involucrado, el cual venía en el carril exclusivo, $ 100 por compensación. (I)
Los astilleros son una reliquia en Guayaquil, creo que vamos a seguir aquí, si no habrá que expropiar. Yo recién reparé un pescador chinchorrero y un remolcador”.
Héctor Huayamabe, dueño de Varadero Barcelona