Nino de Lecumberri, español buscador de tesoros, invocó a Santa Ana cuando se encontraba en peligro de muerte al cruzarse con una hermosa mujer(princesa inca) que le dio dos opciones: le mostró una ciudad de oro, si lo deseaba podía ser de él y la otra si quería podía casarse con ella y le seria fiel y devota por siempre; sin embargo aquel hombre por su avaricia decidió por la ciudad de oro, y es aquí donde apareció el rey (indígenas de ese entonces); quien era padre de la increíble mujer y le dijo que lo arrastraría a la oscuridad eterna para que compartiera con ellos su destino. El joven español rezó mucho por su vida a Santa Ana y en agradecimiento colocó una Cruz con la leyenda “Santa Ana” en la cima del cerro, nombre que sustituyó desde entonces al de Cerrito Verde.
domingo, 13 de septiembre de 2015
Nino de Lecumberri, español buscador de tesoros, invocó a Santa Ana cuando se encontraba en peligro de muerte al cruzarse con una hermosa mujer(princesa inca) que le dio dos opciones: le mostró una ciudad de oro, si lo deseaba podía ser de él y la otra si quería podía casarse con ella y le seria fiel y devota por siempre; sin embargo aquel hombre por su avaricia decidió por la ciudad de oro, y es aquí donde apareció el rey (indígenas de ese entonces); quien era padre de la increíble mujer y le dijo que lo arrastraría a la oscuridad eterna para que compartiera con ellos su destino. El joven español rezó mucho por su vida a Santa Ana y en agradecimiento colocó una Cruz con la leyenda “Santa Ana” en la cima del cerro, nombre que sustituyó desde entonces al de Cerrito Verde.
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